¿Qué es?

El glaucoma es una enfermedad degenerativa del nervio óptico, producida por la elevación de la presión intraocular que conduce a la pérdida progresiva del campo visual y a la ceguera silenciosa, al no tener dolor salvo que alcance cifras muy elevadas de tensión ocular. El glaucoma afecta al 2% de la población a partir de los 50 años de edad, razón por la cual todos tenemos que hacernos revisiones periódicas en un oftalmólogo a partir de la presbicia o vista cansada.

El glaucoma crónico con ángulo abierto es el más frecuente, aunque existen otras formas clínicas de presentación como el pigmentario, de ángulo cerrado, neovascular, congénito o el pseudoexfoliativo muy frecuente en Galicia, entre otros.

Síntomas

El glaucoma suele ser una enfermedad asintomática y silenciosa (sin dolor, ni inflamación, ni pérdida de visión evidente). El paciente sólo es capaz de detectarla cuando ya ha perdido más del 70% de las fibras del nervio óptico, por ello, alteraciones como pérdida del campo visual y disminución de la visión sólo son percibidas en fases muy avanzadas.

Algunos tipos particulares de glaucoma como el de ángulo cerrado, pueden presentar dolor cuando la presión está muy elevada, pero estos representan la minoría de los casos.

Causas

Además de la presión intraocular, existen otros factores de riesgo que deben tenerse en cuenta a la hora de evaluar la situación de cada paciente, recomendando la visita al oftalmólogo ante la existencia de estas causas:

  • Antecedentes familiares de glaucoma (entre el 20 y el 30% de los glaucomatosos tienen al menos un familiar que padece la enfermedad).
  • Mayores de 50 años.
  • Hipertensión arterial.
  • Miopía.
  • Antecedente de trauma ocular.
  • Automedicación con colirios de cortisona.
  • Diabetes.

Prevención

Debido a la ausencia de síntomas, se recomienda someterse a una revisión ocular a partir de los 45-50 años y siempre que tengan antecedentes familiares de glaucoma. Recuerde que lo más importante es prevenir y detener la evolución de la enfermedad hacia la ceguera silenciosa.

Diagnóstico

Más de la mitad de los pacientes de glaucoma no sabe que padece la enfermedad. Por ello es fundamental el diagnostico precoz de la enfermedad evaluando la presión ocular, con aparatos de precisión (Tonómetro de aplanación que solo pueden ser utilizados por un oftalmólogo). Se consideran como valores normales cuando son inferiores a 21 mm Hg. Los tonómetros de aire no tienen exactitud al medir la tensión ocular. Actualmente disponemos de aparatos como el OCT con el que podemos medir el espesor de la capa de fibras del nervio óptico y hacer más precoz el diagnostico de glaucoma y a la vez nos permite hacer seguimiento de la evolución de glaucoma con más precisión que el campo visual.

En los casos de glaucoma de baja tensión (medidas de 15 a 18 mmHg), el estudio de OCT (Tomógrafo de coherencia óptica) es imprescindible para descubrir precozmente el daño y la pérdida de fibras en el nervio óptico antes de la pérdida de visión en el campo visual. También en el glaucoma exfoliativo que suele acompañar a la formación de catarata que aparece con la edad, el OCT nos aporta mucha información sobre las fibras del nervio óptico están afectadas casi en el 50% de estos pacientes.

No toda presión ocular “elevada”, más de 21-22 mmHg, es sinónimo de glaucoma y, por otra parte, existen glaucomas con presión ocular “normal”. Un paciente puede tener elevada la presión ocular (Hipertensión) y tardar años en desarrollar un glaucoma, por lo tanto, solo hablamos de glaucoma cuando el paciente con tensión elevada tiene daño o pérdida de fibras en el nervio óptico. Por ello es necesario evaluar varios parámetros como toma de la tensión en diferentes días, espesor corneal por paquimetría, campos visuales, estudio del nervio óptico con imagen recta e invertida, antes de confirmar un diagnóstico y poner tratamiento médico para bajar la tensión ocular. Es importante estudiar cada caso por las diferencias que podemos encontrarnos en diferentes pacientes.

En el Clínica Moreiras disponemos de equipos de diagnóstico para glaucoma, imprescindibles para detectar de forma precoz el daño o pérdida de fibras en el nervio óptico y campo visual.

  • Tonómetro de contacto Goldman
  • Tonómetro de aire, poco valorable en pacientes con glaucoma
  • Paquímetro para conocer espesor corneal
  • Tomógrafo de Coherencia Óptico
  • Campimetría

Tratamientos

Existen diversos tratamientos para bajar la tensión ocular y frenar el avance de la enfermedad para que con los años el paciente no camine hacia la pérdida de visión de manera progresiva y con el tiempo a la ceguera.

Disponemos de 3 tipos de tratamiento para el glaucoma: farmacológico con diferentes medicamentos para uso diario, láseres cuando fracasan los medicamentos administrados en colirios y diferentes cirugías encaminadas a reducir aún más la presión intraocular que no hemos conseguido bajar con medicamentos y láseres.

Tratamiento farmacológico

Inicialmente, cuando descubrimos glaucoma en un paciente, le prescribimos uno o varios colirios hipotensores que actúan de diferente manera sobre el globo ocular. Unos rebajan o reducen la producción de líquido que se conoce como humor acuoso y otros facilitan la salida. Hasta un máximo de 3 colirios pueden ser utilizados cada día, unos cada 8 horas y otros cada 24 horas.

Tratamiento láser

Cuando no conseguimos bajar los valores de tensión a menos de 17-20 mm Hg y vemos que el nervio sigue perdiendo fibras y el campo visual continúa alterándose es cuando decidimos utilizar diferentes tipos de láser para reducir aún más la tensión ocular y en caso de no obtener buenos resultados optaremos por indicarle cirugía. Siempre tendremos que alcanzar cifras de tensión ocular que tengan protegidas las fibras nerviosas del nervio óptico para evitar la pérdida de visión. Fundamental que obtengamos valores de tensión bajos que permitan a cada persona conservar la visión durante muchos años por la longevidad que tienen hoy los pacientes.

Tratamiento quirúrgico

Cuando no conseguimos valores bajos de tensión ocular con medicación y con la aplicación de diferentes láseres (Argon, SLT, Diodo Pulsado y Ciclofotocoagulación) tomaremos la decisión de aconsejarle diferentes intervenciones quirúrgicas (trabeculectomía perforante o no perforante, válvulas, sistemas de drenaje, etc.) encaminadas a bajar más la tensión ocular con salida de líquido del ojo hacia espacio subconjuntivales o hacia espacio supracoroideo. A excepción de la cirugía, en los demás tratamientos con láseres, no se abre o se crea una vía de salida del humor acuoso fuera del globo.

Recuerde que en el glaucoma lo más importante es el diagnóstico precoz y aplicar lo antes posible el tratamiento médico con colirios y si no conseguimos reducir la tensión ocular a valores que estabilicen la perdida de fibras del nervio óptico aceptemos la decisión de hacer cirugía por el bien del paciente.

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